Internos de una prisión mexicana elaboran 6,000 roscas de Reyes

Aprovechan el oficio de panaderos aprendido en una cárcel de Ciudad de México.

Telemundo

MÉXICO - Un olor reconfortante inunda los pasillos del Reclusorio Varonil Norte, en Ciudad de México. Proviene de la panadería, el lugar donde más de 20 presos olvidan sus sentencias, y se dedican a moldear y preparar un delicioso pan de temporada.

Sebastián Díaz es el líder de la cocina y está en prisión cumpliendo una sentencia de nueve años por robo agravado. En este tiempo, dice, el oficio de panadero le ha permitido reflexionar y cambiar su vida.

"Le he echado ganas y me ha servido para readaptarme a la sociedad", asegura Díaz.

El trabajo que se hace en la prisión es en equipo. Primero hay que preparar la masa: se le pone harina, huevos, 10 kilos (22 libras) de azúcar y levadura.

Después, con todo cuidado, se manipula hasta formar la rosca y se coloca uno de los ingredientes principales.

"Es un doblez. Se estira, se le hace el doblez, se le agregan dos muñequitos (figuras del Niño Dios) por rosca, le va doblando se estira y se pega".

El siguente paso es el decorado.

"Se le echa su ate y pasta, es de pura azúcar, mantequilla y huevo, y su ate. Acabaron la decoración, así es como termina ya decorada".

Entonces se mete al horno y después de 10 minutos se disfruta el resultado final.

"Ya que pasaron los 10, ya me sale así cocinada, cocida, así es como sale ya cocida la rosca".

El Taller de Panadería no resulta solo un pasatiempo, también es una forma de ganar dinero y es que por cada rosca los cocineros reciben poco más de $1.5 dólares.

"Es un pago de ayuda, es un salario mínimo por día y eso les sirve para que los chavos tengan de alguna manera una ayuda económica", explica José Manuel Villafuerte, coordinador de talleres del Centro Penitenciario.

Julián Ávila también está preso por robo agravado y aprovecha el pago para ayudar a su hijo y, desde la cocina, ya hizo su carta para los Reyes Magos.

"Primer deseo: mi libertad; el segundo, un trabajo digno, y el tercero, estar bien con mi familia", comparte Ávila.

Y así es como esta rosca llega a la mesa con una leyenda que indica que fue elaborada en los centros penitenciarios, una forma de ayudar y disfrutar en esta época de Reyes.

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