Contienda entre Bill Nelson y Rick Scott por el Senado en Florida

El senador Bill Nelson busca una tercera reelección ante el gobernador Rick Scott.

La contienda por el escaño al Senado federal entre el gobernador Rick Scott y el senador demócrata Bill Nelson, va a recuento, tras un apretado margen de diferencia de votos.

Este miércoles en la mañana, el candidato republicano tenía una ventaja de más de 34,000 votos sobre su rival demócrata, equivalente a una diferencia de 0.42 puntos porcentuales.

Según la ley de la Florida, cualquier ventaja menor a la mitad de un punto porcentual conlleva a un recuento automático de los votos.

La campaña de Nelson informó que el senador de momento no reconocerá la posible victoria de Scott.

Pero esa no era la única contienda aún por decidirse ya que la elección de un nuevo comisionado de Agricultura, entre el republicano Matt Caldwell y la demócrata Nicole Fried, también podría ir a recuento.

Cerca de la medianoche, Scott pronunció lo que parecía un discurso de victoria ante sus seguidores reunidos en Naples, aunque aún no se habían contabilizado todos los votos y la distancia entre ambos candidatos seguía siendo muy estrecha.

Como hasta el momento NBC News no declara ganador a Scott, la campaña de Nelson continúa en su batalla por reelegir al senador una tercera vez. Se esperaba que el senador se dirigiera a sus seguidores el miércoles por la mañana, aunque eso todavía no ha sucedido.

El senador de 76 años era considerado como uno de los demócratas más vulnerables en el país debido al formidable reto de Scott, un empresario multimillonario que puso más de $60 millones de su propia fortuna en la contienda. 

Aunque ambos diferían ampliamente en una variedad de temas, desde el control de armas al cuidado de la salud, la campaña se centró más en la integridad y la competencia así como en su relación con el presidente Donald Trump.

Scott instó a los votantes a “mandar a retiro” a Nelson, calificándolo de inefectivo y responsabilizándolo por una serie de asuntos, desde el nivel de respaldo federal al programa espacial a la espera para obtener dinero federal destinado a reparar el dique del Lago Okeechobee.

“Yo trabajo y él no”, dijo Scott. “No hace nada. No sé qué es lo que ha hecho en 42 años como funcionario”.

Ese mensaje resonó en votantes como Ed Evangelista, quien recientemente asistió a un acto del presidente Trump en el suroeste de Florida. El hombre se mudó recientemente al estado tras vivir en Connecticut la mayor parte de sus 70 años de vida.

En su estado natal, dijo que votó tanto por demócratas como por republicanos. Ahora que vive en Venice, Florida, votó por primera vez y lo hizo por Scott.

“Ha estado ahí demasiado tiempo”, dijo Evangelista refiriéndose a Nelson. “No me importa si es un buen tipo o no”.

Nelson respondió etiquetando a Scott como un seguidor de Trump que ha usado la oficina del gobernador para hacer crecer su fortuna, ignorando los problemas que afectan al estado.

Insistió en que las acciones de Scott al recortar los presupuestos para los distritos de administración de agua y limitar las capacidades de la agencia estatal de protección ambiental, han contribuido a la proliferación de algas tóxicas y la marea roja que han asolado las costas de Florida este año. Nelson también ha criticado a Scott por oponerse a la reforma del sistema federal de salud impulsado por el ex presidente Barack Obama.

“Esta campaña es sobre la confianza y la integridad”, dijo Nelson durante un acto en Tallahassee con el ex vicepresidente Joe Biden. “Pienso que la opción es muy clara. No se pueden confiar en Rick Scott. O cambia su posición o va completamente en contra del interés público”.

En su único debate, realizado el mes pasado en Telemundo 51, Scott buscó presentar a Nelson como un político celosamente partidista “Todo lo que hace es atacar a los republicanos y defender a los demócratas”, afirmó.

“¿Sabe qué, gobernador? Usted simplemente no puede decir la verdad. Todo lo que ha dicho aquí, es por eso que los periódicos en este estado están tras de usted, por eso dicen que usted es un conflicto de interés andante”, respondió Nelson.

Cuando Scott decidió lanzar su candidatura, la contienda con Nelson fue vista como una de las principales en el país, con dos pesos pesados de la política.

Scott, un ex ejecutivo de la industria de la salud, se lanzó a la política hace 8 años y se montó en la ola del “Tea Party” para llegar a la gobernación. Prometió promulgar duras políticas en materia de inmigración y criticó fuertemente a Obama. Tras asumir el cargo, dio marcha atrás a su política de mano dura en inmigración y se manifestó a favor de la expansión del Medicaid, aunque cambió su posición después de ser reelecto.

El gobernador de 65 años buscaba convertir la elección en un referendo sobre la gestión de Nelson, pero se vio obligado a defenderse sobre su propia gestión y fue blanco de ruidosas protestas en algunos de sus actos de campaña.

El gobernador también promovió en televisión un anuncio en el que prometía retener la protección para personas con condiciones preexistentes del actual sistema de salud, aunque Florida es uno de los estados que están demandando para echar abajo la ley federal de salud. El gobernador afirma que no tiene nada que ver con la demanda, pero no ha pedido que el estado se retire como demandante.

Nelson y sus aliados sacaron anuncios cuestionando la ética de Scott, destacando su destitución como presidente ejecutivo del gigante del cuidado de salud Columbia/HCA en el marco de una investigación federal por fraude. Aunque Scott nunca fue acusado de nada, la empresa pagó una multa de $1,700 millones por fraude al Medicare.

Nelson, cuya larga carrera política incluye una etapa como comisionado de Seguros en el estado, también ha tenido que jugar a la defensiva, sobre todo debido a algunas declaraciones públicas.

En el verano desató una verdadera tormenta cuando aseguró que los rusos estaban interfiriendo con el sistema electoral en Florida tras un intento infructuoso en el 2016. Aunque los principales senadores republicanos no confirmaron ni negaron la aseveración del Nelson, las autoridades federales les dijeron a las autoridades electorales de Florida que no había señales de ningún ataque “nuevo o en marcha” a los sistemas electorales estatales o locales.

Más recientemente, Nelson advirtió que el actual clima político en el país podría llevar a un genocidio como el ocurrido en Ruanda, donde casi un millón de personas murieron a inicios de la década de 1990.

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